PROYECTO: Familia Laical Ángel de la Guarda



1. PRESENTACIÓN
Las Hermanas del Ángel de la Guarda, desde hace varios años, nos venimos planteando la manera de profundizar y afianzar nuestra relación con los laicos y laicas que trabajan en nuestras obras o con los que realizamos cotidianamente nuestra misión y tarea apostólica, y con otras personas que quieran compartir nuestra espiritualidad.
Nuestra tarea apostólica no la realizamos en solitario sino con otros hombres y mujeres con los que compartimos vivencias, experiencia de fe, cada uno desde su opción de vida cristiana. Hemos ido caminando, compartiendo nuestra espiritualidad y carisma con algunos más cercanos tanto jóvenes como adultos; tanto los laicos como las hermanas sentimos que no es suficiente, que tenemos que avanzar en un camino de vida cristiana y de compartir espiritualidad, carisma y misión de una manera más profunda, donde todos nos enriquezcamos mutuamente. En algunas Demarcaciones, ha habido y hay diferentes tipos de experiencia y relación entre laicos-laicas y Hermanas o comunidades.

La Iglesia, a partir sobre todo del Vaticano II invita constantemente a la Comunión de Carismas, como movimiento del Espíritu que se inscribe en la conciencia de todo el Pueblo de Dios de, que los Carismas son dones para compartir que el Espíritu da para el bien de todos los bautizados.

Este Proyecto que la Congregación presenta, es una invitación para Laicos y Laicas que quieran comprometerse a seguir a Jesús desde la espiritualidad y carisma de la Congregación de Hermanas del Ángel de la Guarda, legado por P. Luis Antonio Ormiéres y la Madre San Pascual, y contribuir a la construcción del Reino de Dios. ES una propuesta para seguir avanzando, como una familia espiritual en la que todos sus miembros comparten la fe y se apoyan en la búsqueda de la voluntad de Dios y en encontrar caminos para servir a los demás.

2. JUSTIFICACIÓN
La relación hermanas-laicos ha sido una constante en nuestra Congregación de Hermanas del Ángel de la Guarda y ha ido tomando formas diversas con el paso del tiempo.
“ Así como nuestro cuerpo, en su unidad, tiene muchos miembros y no desempeñan todos los miembros la misma función, así también nosotros, siendo muchos, no formamos más que un solo cuerpo en Cristo”.
(Rm. 12, 4-5)

El Concilio Vaticano II constituyó un hito importante para la comprensión, con mayor amplitud y profundidad, de esta relación. La nueva eclesiología surgida de él, Iglesia Pueblo de Dios e Iglesia comunión de Carismas, nos permitió descubrir la igual dignidad de los bautizados así como la estima de los diferentes carismas del Espíritu otorgados a los cristianos que se expresan en múltiples formas de la vida y la misión. De este modo se renueva la acogida de la diversidad y la posibilidad de crecer juntos mediante el compartir, viviendo así la comunión eclesial.
La Congregación a través de los Capítulos Generales celebrados en el período postconciliar, se plantea esta relación y busca cauces de colaboración.

En el XIX Capítulo General de 1986, se concluye que las Demarcaciones que lo consideren conveniente, den paso a un proyecto sencillo de colaboradores laicos, de nuestra espiritualidad.
El XX Capítulo General de 1992, al tratar sobre la misión compartida con los laicos y laicas dice: No escatimar medios en su formación pedagógica, teológica, catequética de valores cristianos y carácter propio, que les ayude a realizar la misión evangelizadora de la Iglesia e integrarse en los cuadros directivos de nuestros centros y en distintas plataformas de evangelización.
El último Capítulo General, celebrado en el año 2004 aborda nuevamente este tema y propone dar forma y estructura a la relación hermanas y laicos según una visión renovada fundamentada en la nueva teología de Iglesia comunión de carismas.
La XXVIII Asamblea General (2008) siguiendo las directrices del XXII Capítulo General, y consciente de que nuestro carisma es un don para compartir, toma la opción de elaborar el “Proyecto de la Familia Ángel de la Guarda”.
Con esta opción creemos que estamos dando respuesta a los laicos y laicas que desean vivir con mayor plenitud la espiritualidad y misión que las hermanas hemos recibido del P. Luis Ormiéres y de la M. S. Pascual, y respuesta a la congregación que, de muchas maneras, ha venido expresando la inquietud de una mayor vinculación con los laicos. Así mismo, estamos convencidas de que esta opción responde, también, a las orientaciones de la Iglesia y a los signos de los tiempos
Entendemos el Carisma de las Hermanas del Ángel de la Guarda como un don del Espíritu a la Iglesia, que va más allá de la comunidad de hermanas y que se abre de una manera dinámica a laicos y laicas en sus diferentes formas de vida.

Somos conscientes de que la nueva manera de compartir laicos-hermanas nos va a enriquecer mutuamente, ampliar la mirada, reconocer y acoger la realidad de los demás y abrirnos a nuevas posibilidades de misión. A su vez, también requiere una mentalidad abierta y fortalecer la propia identidad.
3. FUNDAMENTACIÓN
 

(Cf. LG 31)
Los laicos y laicas Ángel de la Guarda, son cristianos que han recibido un don del Espíritu para seguir a Jesús según la espiritualidad de las Hermanas del Ángel de la Guarda y desean vivir su fe en Grupo.
El P. Luis Ormières y la M. San pascual son referencia de vida evangélica y motivación en su respuesta de vida cristiana, de entrega a Dios y servicio a los hermanos y hermanas.
  
Quienes sientes la llamada a pertenecer a la Familia Ángel de la Guarda:

  • Participan de su carisma pero sin dejar su condición de laicos comprometidos en la Iglesia y en la sociedad.

  • Están insertos en la comunidad eclesial, creen en la fuerza del grupo donde comparten su fe y buscan la Voluntad de Dios en la vida.

  • Participan activamente en la misión de la Iglesia colaborando en las iglesias locales y/o en las tareas apostólicas de la congregación, con una opción preferencial por los pobres y excluidos. Agentes humanizadores de la historia, viven atentos a la realidad comprometidos con su justicia.

  • Tienen como compromiso la animación cristiana del orden temporal a través de las más diversas formas.

  • Tienen como compromiso la animación cristiana del orden temporal a través de las más diversas tareas como son entre otros: la promoción de la dignidad de las personas, la defensa de la vida, la implantación de un orden social justo, la familia, el compromiso en la esfera de lo político y económico, la evangelización de la cultura, como dimensiones de su ser cristiano, en el ambiente de trabajo y eclesial.
 Son rasgos que configuran la identidad del laico/laica Ángel de la Guarda
 Actitud de discípulos, desde la escucha de la Palabra y el testimonio de vida. El evangelio como norma y guía.

  • Sentirse hijo e hija de la Iglesia.
  • Mirada contemplativa de la realidad de las personas, de la naturaleza y de la sociedad.
  • Confianza en la Providencia. Vida sencilla y transparente.
  • Defensores de la vida, de la dignidad y derechos de las personas, sobre todo de los pobres y excluidos.
  • Relaciones personales de cercanía, hospitalidad, acogida, como el Ángel.
  • Actitudes de gratuidad, compasión y misericordia.
  • Servicio abnegado, humilde, alegre, sin protagonismos, desde le Don particular recibido.
  • Responsables y solidarios en el trabajo. (24)
6. ORGANIZACIÓN

La sencillez evangélica ha de impregnar también nuestras estructuras. Estas han de ser ágiles y flexibles y estar al servicio de la vitalidad y fecundidad de la vida y Misión de la Congregación.

(Cf. XXI Cap. Gral. 3.2)

Grupos laicales “Familia Ángel de la Guarda”   
Los laicos/laicas que hacen la opción de vivir su vocación cristiana según la espiritualidad de Luis Ormères y M. San Pascual, se integran en grupos. Después de una etapa de formación y compromiso expresan su deseo de formar parte de la Familia Ángel de la Guarda.
  
Estos grupos se articulan dentro de cada demarcación de la Congregación. También se establecerán relaciones entre grupos en el mismo País y/o Demarcación.
 Cada miembro del grupo es responsable de la vida y misión del mismo. El grupo planifica y organiza sus actividades. Éstas están al servicio de la vida, la espiritualidad y el compromiso apostólico de sus miembros.
 Cada Grupo constituido elige un animador o animadora un tiempo determinado.
Sus responsabilidades son: fomentar la unidad y la participación, asegurar el funcionamiento armónico tanto en las reuniones periódicas como en las demás actividades y mantener relaciones cordiales con las hermanas y con otros grupos laicales de la Familia Ángel de la Guarda.
  
Las comunidades de Hermanas, son responsables de la promoción, de la acogida y la animación del grupo, a través de la hermana designada por la comunidad o por la Superiora de la Demarcación, en los respectivos lugares.
 La Superiora de la Demarcación puede designar a una Hermana para que sea el enlace con la Coordinadora de Apostolado de cada Demarcación quien asume la responsabilidad de coordinar los grupos laicales y asegura la formación, la animación espiritual y el acontecimiento apostólico de los mismos.
  7. FORMACIÓN
Los grupos laicales Ángel de la guarda son una realidad viva. Cada grupo se preocupa por asegurar el crecimiento y madurez cristiana de sus miembros, según el espíritu propio, propiciando una formación permanente adecuada.  El seguimiento de Jesús es el compromiso primero y fundamental de todo bautizado por el hecho de serlo. Jesús es la referencia obligatoria para toda forma de vida cristiana.
Los fieles laicos han de ser formados para vivir aquella unidad con la que está marcando su mismo ser de miembro de la iglesia y de ciudadanos de la sociedad humana
(Chl. 59)
  
Esta formación se nutre en la Sagrada Escritura, Documentos de la Iglesia, la Teología del Laicado, Documentos de la Congregación, el análisis de la realidad y la reflexión en torno a los acontecimientos diarios.
El laico/laica Ángel de la Guarda, para responder a la llamada recibida, se compromete a promover la propia formación en sus varios aspectos:
Formación Humana, en toldo lo que se refiere a su crecimiento personal integral y de unificación de la vida, cultivando en particular los valores de la familia, del trabajo, de la justicia, de la solidaridad, defensa de la naturaleza e integridad de la creación.
  
Formación Espiritual, mediante la lectura y la meditación de la Sagrada Escritura , el estudio, la oración, la participación en los sacramentos; el conocimiento del patrimonio espiritual de la familia Ángel de la Guarda, la participación en reuniones y encuentros, Ejercicios Espirituales.
c) Formación doctrinal y pastoral mediante la lectura de Documentos de la Iglesia, en especial los concernientes a identidad y misión del laicado, a la catequesis y doctrina social de la iglesia; participa en cursos y se ejercita en la lectura creyente de la realidad social, cultural y política, desde principios éticos.
d) Formación en ele análisis de la realidad de modo que se haga una lectura creyente de los hechos cotidianos se continúe fortaleciendo la espiritualidad propia haciendo explícita la experiencia de cómo sigue aconteciendo la revelación hoy entre nosotros.

8. VINCULACIÓN

“La razón profunda que justifica y exige la asociación de los laicos es de orden teológico, es una razón eclesiológica, como abiertamente reconoce el Vaticano II cuando ve en el apostolado asociado un signo de comunión y de la unidad de la Iglesia de Cristo.”

(Chl. 29 AA 18)

  Los laicos y laicas que se sienten llamados a vivir su vocación según la espiritualidad de la Congregación de las hermanas del Ángel de la Guarda, después de un proceso de formación continuado y experiencia de vida en el grupo, al menos durante dos años, se incorporan formalmente a la “Familia laical Ángel de la Guarda” mediante una sencilla formula, en la festividad de los Ángeles Custodios.
 Mediante fórmula expresan:

  • Su deseo de vivir la vocación laical según la espiritualidad del P. Luis Ormiéres y la M. San Pascual;

  • La petición formal de pertenecer al laicado Ángel de la Guarda;

  • Su compromiso de vida y misión.
 Los grupos laicales de la Familia del Ángel de la Guarda mantienen una relación cercana con las hermanas: Participan y colaboran en actividades comunes; comparten la fe en momentos específicos; celebran acontecimientos congregacionales.
 Las Superioras Provinciales y Delegadas son quienes aprueban, en su Provincia o Delegación, la vinculación, previa solicitud de la misma. Llegado el caso, puede retirar dicha aprobación si el grupo y o la persona no responde a los criterios establecidos en el Proyecto.

La Coordinadora General de Apostolado asume la responsabilidad última de velar para que los grupos laicales Ángel de la Guarda permanezcan fieles al espíritu del P. Luis Ormiéres y la M. San Pascual.